miércoles, 18 de noviembre de 2009

ABARCAR EL MUNDO ENTERO


Me he recostado en la hierba, como tantas veces suelo hacer.
Pese a que el día está claro, e intensamente soleado, las nubes no dejan de pasar al compás
de la tenue brisa que corre. Parecen perfectos algodones. Suaves, esponjosos.
Y cada una de ellas, va formando una figura, una silueta perfecta.
Quizás mi incontrolable imaginación, sea la que las moldea, intentando encontrar tus ojos,
tu dulce mirada.
El intenso olor de la hierba recién cortada, se incrusta en mis pulmones, refrescando mi alma.
Desde ahí abajo, todo parece tan pequeño, que te sientes una minúscula parte de este universo tan maravilloso.
De vez en cuando, se mezcla el aroma de la hierba con la calidez del mar, que tan solo a unos metros, rompe sus olas contra los acantilados.
Su sonido es como el de una grandiosa coral cantando al viento.
Es asombroso poder percibir cada detalle, cada rumor, cada delicada fragancia, de este lugar.
Creo que si cerrara los ojos, podría comprobar que no me falta ni un solo rincón, por grabar en mi mente.
Me siento como en un colchón con vistas al cielo.
Es como estar inmersa en un cuadro, que cobra vida sólo para mí.
Para poder otorgarme el privilegio de sentir, de vivir el intenso placer de formar parte, de esta naturaleza tan perfecta. Lejos del mundanal cotidiano que tanto nos agobia a veces.
Es como no pertenecer a ningún sitio, y sin embargo, abarcar el mundo entero.
Un mundo que casi nunca…….llegamos a disfrutar.


-Melancolía-

sábado, 7 de noviembre de 2009

PERDER EL SOL

Hay días en los que sientes que te falta el aire, te ahogas. El corazón se te aprisiona, como si un puño lo estuviera estrujando con toda la fuerza posible. Casi ni palpita, pero el dolor es intenso, y casi llegas a desear, que deje de latir para no seguir sufriendo.
En esos instantes, empiezas a buscar las cosas que en algún momento de tu vida,
creíste te hacían feliz. Aquellas que con el paso del tiempo, quedaron grabadas en tu mente,
y a las que te aferras con toda tu alma, para poder seguir adelante día a día.
Una mirada, una sonrisa, un simple gesto de cariño que ahora añoras.
El despertar de una mañana de invierno y sentir tus pies cerca de aquella estufa tan vieja,
pero que aportaba el calor más increíble.
Las mágicas mañanas de reyes, que junto a tus hermanos, buscabas desesperadamente encontrar tus regalos, que aunque eran mínimos por la escasez económica, para ti, eran los tesoros más grandes.
Aquel parque donde jugabas después de salir del colegio, a la vez que merendabas.
El frío intenso de las noches, en donde una buena manta, era la calefacción más rentable
y económica.
Aquellos vestidos que eran idénticos a los de tu hermana, y que no te importaba llevar a la vez,
y luego aprovechar el de ella, otros tantos años más.
El sonido de una voz increíble, que susurraba villancicos para que tu sueño fuera tranquilo,
y sintieras que todo era posible, que nada podía hacerte daño.
Hay días, en los que pides regresar, aunque solo sea un instante, a sentirte como entonces.
A saborear lo más importante que tiene esta vida, y que muchas veces, no sabemos valorar debidamente.
Hay días en los que el sol solo sale, al recordar lo feliz que eras, y aun sin tener nada, lo tenías absolutamente todo.
No deberíamos perder nunca ese sol, ni dejar que ninguna nube lo cubriese.




-Melancolía-

miércoles, 4 de noviembre de 2009

JAMÁS


Pese a que el día es gris, frío y desapacible, ella se siente en las nubes, en un mundo diferente,
en un rincón inhóspito de algún lejano lugar, donde los problemas no existen, donde la calidez es capaz de inundar el corazón, haciéndolo latir a un ritmo desorbitado y descontrolado. Pero con una fuerza increíble.
Hoy, ha creído caminar descalza sobre la arena de esa playa desierta con la que tanto ha soñado. La brisa ha acariciado sus mejillas y despeinado su pelo como nunca.
Y una profunda calidez, la ha embriagado por completo, haciéndola sentir como jamás se había sentido.
La luna esta noche, será la más hermosa que verán sus ojos. Las estrellas, bailarán al son del mar, y el murmullo de las olas, será la melodía más maravillosa que endulzará sus oídos.
De vez en cuando se pellizca, para saber que está ahí, que es real. Que todo lo que siente no es una fantasía, un sueño creado por su mente, para evadirse de una rutina cotidiana, insulsa y sin esperanza, que poco a poco la asfixia, le ahoga.
Cuando se da cuenta que no es así, respira profundamente y sus pulmones, se llenan de aromas sutiles que le recuerdan una hermosa primavera, sus flores, sus sonidos, sus colores intensos y tan llenos de vida. Se llena de ese aroma indescriptible que sólo emana el amor.
Ese amor que lo cambia todo, de una manera inefable, admirable.
Ese amor capaz de subirte hasta lo más alto, en décimas de segundos sin temor a nada,
sin dudas, sin preguntas. Con la más absoluta confianza, de que hoy, será un día maravilloso, pero mañana, lo será todavía más.
Ese amor que sólo aparece una vez en tu vida, para no marcharse jamás.


-Melancolía-

viernes, 16 de octubre de 2009

AMANECER INUSITADO



Sentía el susurro del viento mientras dormía en sus mejillas, como si fueran caricias, y comenzó a imaginar que así era.
El deseo se apoderó de su mente, y la necesidad de sentirlo, la hizo sumergirse en aquel bello momento con el que siempre había soñado. Estar junto a él.
Su piel se estremeció por un instante.
Sus sensaciones se incrementaron de una manera increíble, y por un momento, llegó a creer que todo era real.
Su pelo se movía suavemente sobre la almohada. Sus manos acariciaban el lecho como si de su cuerpo se tratase, y sus labios se humedecieron con el néctar que tanta sed le producía,
sus besos.
Las sábanas cubrían su cuerpo desnudo con suma delicadeza. Aunque para ella, era la piel de su amado la que sentía. Suave, tersa, ardiente.
No quería despertar de esa fantasía maravillosa, que en un solo segundo, le hizo sentir el deseo más intenso y la pasión más desbordada.
No quería que aquella magia pudiera romperse.
Estaba despertando con él, lo estaba sintiendo como siempre soñó que lo haría.
Amándose con locura.
Dejándose llevar por un cúmulo de sentimientos, que por fin, aunque fuera un sueño,
se hacía realidad en aquel amanecer inusitado.


-Melancolía-

martes, 22 de septiembre de 2009

UNA PIZCA DE FELICIDAD



Solía despertar cada mañana, desperezándose como una niña pequeña entre las sábanas.
Cuando conseguía abrir los ojos, contemplaba desde la cama la vieja ventana de madera,
por donde se colaban entre sus rendijas, pequeños rayos de luz.
Se estiraba una y otra vez, hasta que conseguía levantarse.
Descalza, se acercaba a la ventana y la abría de par en par, alzando la cara hacia el sol,
e intentando llenar sus pulmones del aire fresco de la mañana.
Allí mismo, hiciera frío o calor, abría sus brazos y dejaba que el aire la envolviera por completo.
Para ella, era un ritual. Una manera perfecta de comenzar un nuevo día. Un modo distinto de dar gracias por ello.
La casa, era la clásica de un pueblo de montaña. Paredes gruesas que guardan en su interior el frescor más cálido en verano, y en el duro invierno, requieren de una buena chimenea y unas cuantas mantas.
Hacía unos años que se había mudado allí, agobiada por el murmullo de la gran ciudad.
Su corazón y su mente, necesitaba un escape que al principio, creyó sería corto. Pero se enamoró tanto de aquel rústico paisaje, que decidió quedarse allí una larga temporada,
quizás, toda una vida.
Mirara por donde mirara, las montañas la rodeaban.
El verde era intenso .
El aroma puro y limpio.
Y la sensación de libertad, era absoluta.
No había muchas cosas que hacer por ahí, pero tampoco las necesitaba. Hacía un tiempo,
comenzó el sueño de su vida, comenzó a escribir. Relataba cualquier cosa, vivencias,
deseos, sueños, añoranzas, recuerdos.
Un momento, un simple segundo o un minúsculo acontecimiento que en ella provocara sentimientos, era motivo suficiente, para deslizar su pluma y dibujar sobre el papel miles de palabras, que iban cobrando sentido poco a poco.
A veces, bastaba una sonrisa, una mirada, un gesto inesperado.
Otras, una dulce música mientras contemplaba las gentes de aquel lugar. Mientras observaba como vivían.
El galopar de los caballos libremente por la pradera. El ladrido de un perro, o el vuelo de una paloma.
Hasta una simple nube, en ese intenso cielo azul, era capaz de hacer volar su imaginación, para que ella, en décimas de segundo, lo moldeara de un modo, que hacía que quien la leía, tuviera las mismas sensaciones, respirara los mismos aromas, y a veces, sintiera del mismo modo.
Quizás el sueño de su vida, no fuera escribir. Quizás lo que realmente deseaba, es poder transmitir de alguna manera, esas sensaciones tan maravillosas que ella relataba, porque del mismo modo las sentía. Porque quería compartirlas, transmitirlas. Quería que todas y cada una de las personas que pudieran leerla, por un instante, pudieran dejarse llevar. Pudieran olvidar cualquier dolor, cualquier pena. Pudieran envolverse de una pizca de felicidad, desde
el primer momento, en el que comenzaban a leerla.




-Melancolía-







SIN IMPORTANCIA


Hoy regreso la mirada al pasado. Mis ojos llegan a iluminarse, a la vez que brillan de emoción.
La emoción más maravillosa que jamás podría sentir, que jamás podré olvidar.
Recuerdo cada detalle de aquella época de mi vida, como si hubieran sido congelados, para que el tiempo no los dañe, no los borre nunca.
Lo que daría, por vivir un solo segundo de aquellos instantes.
Volver a sentir la mirada de aquella mujer que tanto embriago mi vida, de buenos y valiosos
sentimientos.
Poder dormirme en su regazo, mientras su voz acaricia y tranquiliza mi alma, para que tenga
dulces sueños.
Sentir sus manos acariciando mi pelo.
Respirar ese perfume, que en su piel, provocaba la envidia de la rosa más preciosa y olorosa.
Escuchar la ternura de sus palabras, aconsejándome siempre. Calmando mis miedos y mis
posibles iras, de modo que, casi todo, pareciera fácil, sencillo.
A su lado, los sueños eran alcanzables. Las nubes no quedaban tan lejos. Y la luna, la luna era la mejor amiga en la noche. La que velaba que nada ni nadie, pudiera dañarte mientras dormías.
Cómo me gustaría ver el sol, a través de esos cabellos blancos, que hacían que su luz creciera,
que su calidez fuera absoluta.
Hoy mi mente regresa a un mundo diferente por completo.
Un mundo en el que me sumerjo de vez en cuando, para soñar, para volar y sentirme libre.
Sentirme realmente protegida y arropada.
Un lugar perdido materialmente, pero tan vivo en mi pensamiento, que cada vez que me introduzco en él, vuelvo a sentirme niña. Vuelvo a creer, sentir, amar. Valorar lo que soy,
por encima de todo. Y recordar aquella frase que llenará mi vida para siempre.
“ No importa si eres rosa o una sencilla amapola. Lo que tú tienes, lo que eres interiormente, es lo realmente importante. Cuídalo y aliméntalo cada día con los mejores valores y más bellos sentimientos. Lo demás, no tiene importancia”






-Melancolía-

miércoles, 2 de septiembre de 2009

UN MAR EN CALMA




Tras la ventana contemplo el ir y venir del viento, apoyada en los cristales, que poco a poco se van humedeciendo por el contraste de la temperatura.
Los árboles de la avenida, dentro de nada, perderán ese verdor intenso que han mantenido durante todo el verano, para cambiar sus ropajes. Para más bien, desprenderse de ellos.
Es curiosa la naturaleza, y a la vez fascinante.
El cielo se ha tornado gris, quizás llueva, quizás no.
Quizás se esté tomando un pequeño descanso a tanta luz.
Dentro de unos meses, los días serán más tristes, más sombríos.
Volverá el frío intenso que tanto odio, dejando atrás cualquier rastro del verano.
La noche se convertirá en eterna y el día, despertará con el típico cielo encapotado de nubes o esa niebla densa, que se cuela hasta los huesos.
Tan sólo quedará el fuerte viento de esta tierra, que permanece impasible durante todo el año
y será el único capaz de devolverle la luz del sol, al duro invierno.
Cómo pasa el tiempo, como transcurre cada día envuelto en la más absurda monotonía.
Cómo sientes que se te escapa la vida en cada minuto, en cada segundo, y por mucho que quieras, no puedes impedir que esto suceda.
Los mismos lugares, los mismos paisajes y la misma rutina.
Tan sólo el ir y venir de las gentes que te son totalmente ajenas, cambia un poco cada día.
A veces los contemplo desde el autobús, con el único afán de poder llegar a saber que piensan,
que pasa por sus cabezas.
Cuando nuestra mente merodea por nuestro interior, como alma en pena, creemos que somos los que más sufrimos, a los que más nos afecta todo. Que no existe nadie que sufra más que tú, que a nadie le puede doler nada más, que a ti.
Tu mar de sentimientos es único, pero no por ello, es el más profundo y el más bravío.
El corazón de cada cual, navega incansablemente por ese mar cada día, intentando remontar cada dura tormenta que la vida pone a tu paso.
Muchos la afrontan con ilusión y energía. Otros sucumben ante el fuerte oleaje y se hunden o quedan varados para siempre.
En mi caso, simplemente lo afronto con una pequeña embarcación, con la que espero, día a día, alcanzar un mar en calma, que me lleve lo antes posible, hasta el final de la mía.




-Melancolía-

martes, 11 de agosto de 2009

LA GRANDEZA DE UN SER

Tras las dunas cálidas del desierto, se podía divisar aquel corcel negro.
Fastuoso e imparable, cabalgaba ligero y brioso, como el mismo viento.
Sus crines danzaban al compás de su elegante trote, como sedas de la
suavidad más increíble.
Alzando sus patas delanteras, como queriendo alcanzar el mismo cielo,
hacía alarde de su fuerza y su bravura, mientras demostraba al mundo,
hallarse en poder de la libertad, su libertad.
El mismo sol lo acariciaba cada día, mostrando su esplendente lomo azabache.
Como un mismo dios, ávido de vida, recorría miles y miles de kilómetros
sin descanso, como queriendo encontrar una salida, un por qué, un sueño.
Cuando sentía necesidad de beber, se acercaba al oasis más próximo.
Los animales lo observaban con asombro y admiración, pero se alejaban de é.
Con sumo cuidado, se asomaba a la orilla del agua y permanecía un instante
inmóvil, contemplando su reflejo. Cuando por fin saciaba su sed, arremetía
contra el agua, como queriendo romper esa belleza que él no comprendía.
Un ejemplar único en el mundo por su hermosura, y se sentía sólo, completamente
solo.
Tal vez, algún día, alguien comprendería que era un ser realmente especial,
y que por eso, no dejaba de tener sentimientos, de sufrir, de no poder llegar
a ser feliz.
Que la lindeza o la fealdad de alguien, no hace la pureza de su alma.
Que hay que acercarse a ella, con los ojos vendados, para descubrir realmente,
la verdadera grandeza de cada ser.




-Melancolía-





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domingo, 9 de agosto de 2009

UN ENCUENTRO DESEADO


No esperaba que apareciera en ese preciso instante. Había imaginado tantas veces cómo sería, que ahora no sabía reaccionar.
No creyó que pudiera pasar realmente.
Soñaba cada día con poder besar sus labios. Los labios de esa persona a la que tanto amaba,
por cómo era, por cómo le hacía sentir.
Alguien al que necesitaba como al aire. Con el que la vida, cambiaba del color gris intenso,
para pasar al paisaje más maravilloso del mundo, con colores realmente intensos.
Su voz, le hacía sentir la caricia de la brisa en su mejilla. Su risa, el despertar del sol
en el mar. Y sus palabras, el bello reflejo de la luna sobre sus aguas.
En los momentos que compartían juntos, todo a su alrededor desaparecía.
Todo lo que le rodeaba, se transformaba en todos los sueños que ella siempre había deseado.
Jamás le importó nada de lo que en su vida pudiera ser o dejar de ser.
Lo importante, lo que amaba realmente, era a él.
Por fin podía mirarlo a los ojos.
Por fin su mirada, se reflejaría en la suya, pudiendo decirse todas esas cosas que sentían,
sin necesitar de mediar palabra.
Sus manos se rozarían, sus labios se entrelazarían y sus corazones, podrían latir al unísono,
como si de uno solo se tratase.
Por fin el único espacio que existiría entre ellos, sería el de su propia piel.
Un espacio, que jamás impediría que pudieran sentir, como se fundían sus almas, como se dejaban llevar por el amor que sentían, y que tanto tiempo, habían compartido.



-Melancolía-


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sábado, 6 de junio de 2009

ESE LUGAR

Cierro los ojos por un momento, y todo a mi alrededor cambia completamente.
El aire se transforma de una manera increíble.
Deja de ser aire para convertirse en brisa cálida, con aroma y sabor a sal.
La ciudad se evapora, se sumerge en las arenas finas de una playa blanca y
suave y las hojas verdes de los árboles, cambian su sonido por el dulce susurro
de las olas del mar.
Me envuelve el manto cálido de la noche, dejando ver claramente el reflejo de
la luna llena, en el espejo inmenso del océano, mostrando su cara más bella.
Me quedaría eternamente entre mis sueños, entre mis pensamientos, en ese
lugar en donde mi alma, siente la tranquilidad y la paz más inmensa.
Me sumergiría en las aguas profundas de ese mar que tanto necesito, el mar
de mis anhelos. Ese que me embriaga y me llena de sensaciones maravillosas.
Me envolvería de la arena delicada, que tantas veces han pisado mis pies descalzos,
y que otras muchas, ha cubierto mi cuerpo, como una suave caricia.
Me acompañaría de la brisa como la única música capaz de llegar hasta mi alma,
y arroparla con tanta ternura.
Simplemente, me dejaría llevar por esa calidez que siento cuando mis sentimientos,
quedan varados en ese lugar, en donde se, que la felicidad, llenaría toda mi vida.




-Melancolía-




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domingo, 31 de mayo de 2009

AMOR ETERNO


Me pierdo en tu mirada. Tus ojos me dicen tantas cosas que jamás escuche de tu boca,
que mi alma se estremece entre tus brazos.
No puedo reaccionar, ni siquiera puedo explicar realmente lo que estoy sintiendo.
Pero solo sé que no quiero que pase el tiempo. Deseo que el reloj se pare ahora,
en este preciso momento.
Tus manos dibujan estelas sobre mi cuerpo, como un pincel dibuja colores vivos en un lienzo.
Tus labios respiran de mi aliento, y mi boca se alimenta de tus besos.
No se escuchan palabras. Tan sólo un latido acelerado, que comparten nuestros pechos.
Me estás amando, te estoy queriendo. Y entre las sábanas blancas se esparcen mil sentimientos, mil deseos dormidos que despiertan al fundirse nuestros cuerpos.
Como se siente la brisa, te estoy sintiendo. Ahora solo somos
dos cuerpos entrelazados, dos amantes, dos locos enamorados, que solo sueñan sentirse a
cada instante, en todo momento.
Respirar del mismo aire, compartir mil pensamientos, amarse con locura sin pensar en nada,
sin importarnos el tiempo.
Amanecer juntos y acabar el día abrazados, contemplando la bella estampa de la luna llena,
iluminando nuestro universo.
Ese universo que tu y yo, hemos creado en nuestros sueños.
Ese universo en donde solo cabe el dulce sonido del amor sincero, de ese amor que un día,
será un amor…. eterno.



-Melancolía-



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martes, 12 de mayo de 2009

UN RINCÓN


Un solo sentimiento perdido entre las aguas profundas del mar. Un susurro que se evade con el viento, y un día que oscurece profundamente, mientras el alma llora insistente.
Me embeleso con la sola compañía de mi corazón, que late sin constancia, que siente que las fuerzas le flaquean y poco a poco, se va dejando llevar.
Quizás lo que busca, es eso precisamente, el descanso de un sueño interminable, en donde poder disfrutar de una paz absoluta, de un rincón encantado, con el que siempre soñó.
Un rincón donde la brisa lo envuelva con la ternura que necesita, y lo abrigue con dulce tacto.
Un rincón en donde los sentimientos respiren libremente y tan sólo fluya en el aire el aroma intenso del amor puro, de la amistad verdadera y del cariño sincero.
En donde la única preocupación que pueda tener, es que amanezca un nuevo día,
para poder latir de nuevo, y con más fuerza todavía.



-Melancolía-

QUISIERA


Quisiera romper en pedazos todos y cada uno de mis sentimientos. Dejar de tener esta dura carga en el pecho, que tanto duele.
Jamás aprenderé que la vida no es como uno la sueña.
Que todos somos diferentes, y nadie siente o sufre igual que nadie.
Que no puedes esperar que alguien te de lo que necesitas, aunque tú seas capaz de darlo todo.
Que nadie llega a conocerte realmente, para saber el daño que pueden llegar a hacerte, con una sola palabra, un solo gesto, una sola mirada.
Quisiera no ser como soy. Ser capaz de olvidarme del mal del mundo, cuando mi mundo,
está totalmente destrozado.
No pensar en el dolor de los demás, cuando el tuyo es realmente increíble.
Quisiera no saber lo que es sentir y así quizás, jamás hubiera sabido, lo duro que es sufrir.



-Melancolía-

lunes, 11 de mayo de 2009

AGOTADO CORAZÓN


No hay nada más increíble, que sentir el latido del corazón. A veces, como si fuera algo maravillosamente mágico. Otras, como si se desgarrara.
El mío, creo que dejó de latir hace mucho tiempo. Hay una frase que dice, que el corazón
no muere cuando deja de latir, si no cuando los latidos, no tienen sentido.
Así creo que le pasa al mío. Late lentamente, por necesidad, porque tiene que latir,
pero no encuentra el sentido para hacerlo.
Es como si te hubieran colocado una pequeña máquina precisa en el pecho. Tan sólo con
cargarla de vez en cuando, con algún tipo de sentimiento, continúa funcionando.
Pero es tan escasa esa carga, que la maquinaria se resiente, se queja.
Es entonces cuando sientes ese peso, esa presión en el pecho que te impide respirar.
Que te pide a gritos un descanso, un pequeño golpe de tranquilidad y un pequeño empujón para seguir adelante.
No hay nada más triste que un corazón agotado. Que un corazón que necesita una recarga enorme de sentimientos y sabe que jamás podrá conseguirlos.



-Melancolía-

martes, 28 de abril de 2009

UN RECUERDO INOLVIDABLE


Hoy recordaba de una manera especial, aquel día. Su mirada, su sonrisa, su piel.
Sus palabras suaves y delicadas con respecto a ella. Su cariño sincero y su increíble
forma de amar.
El corazón de ambos latió apasionadamente desde el primer momento, en que se
cruzaron sus miradas. Su mano, busco la suya desesperadamente, y un cúmulo de
sensaciones recorrieron sus cuerpos, en aquel mismo instante.
Sabían que lo primero que harían cuando estuvieran juntos, era abrazarse, sentirse.
Fue inevitable, por un largo tiempo permanecieron abrazados, inmóviles y con el
susurro suave de mil te quieros, que envolvieron aquel instante mágico.
Lo habían deseado tanto tiempo, que ahora, les faltaba el mismo para poder estar
juntos.
Cuando consiguieron separar sus cuerpos, caminaron hasta una terraza.
Se sentaron y tomaron un café. Estaban viviendo un sueño y todavía no daban
crédito de ello.
Como en aquellas románticas películas, ella comenzó a sentir frío. El se quitó su chaqueta
y la colocó sobre sus hombros. Realmente era más, cosa de nervios, que el frío que realmente
podía hacer.
Conversaron durante un rato. A estas alturas, no recordaba nada de aquella conversación.
Podía más el recuerdo de sus gestos, su expresión, su ternura.
El quería compartirlo todo con ella, aunque sabía que era por un espacio breve de tiempo.
Su mundo, su trabajo, su hogar. Le mostró todo y ella se embelesaba con su mirada, su
boca, su dulce forma de hablar.
No pudieron evitar volverse a abrazar. Pero esta vez, sería diferente. Esta vez se sentirían
realmente. Sus labios se juntarían en cálidos besos, que despertarían el más maravilloso
acto de amor. Las más increíbles caricias y el mayor sentimiento que jamás vivirían, que ya
nunca podrían olvidar, y que desearían, poderlo vivir eternamente.



-Melancolía-



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sábado, 11 de abril de 2009

SU MAR


Sentada en la orilla del mar, divaga con su propia mente. La soledad que la rodea es
inaudita, pero no le importa. Le sirve para relajarse, para evadirse del mundo que le
rodea, y así poder escuchar sus sentimientos.
La luna comienza a desperezarse en el horizonte, a la vez que va subiendo poco a poco,
hasta el cielo abarrotado de estrellas.
Es llena y está realmente hermosa. Creo que lo sabe, por eso aprovecha a reflejarse en
el mar tranquilo, que absorbe su belleza, como si quisiera atraparla.
Una suave brisa acaricia su pelo, siente la humedad de la arena, pero el calor ha sido tan impresionante durante el día, que ni siquiera lo nota.
Por un momento, deja de pensar y se dedica a contemplar todo aquello que le rodea.
El horizonte parece infinitamente inalcanzable. Si no fuera por la luz de la luna, podrías
pensar que ahí mismo, comienza la oscuridad más profunda, que ahí, se acaba el mundo.
Te cuesta distinguir donde termina el cielo y donde comienza el mar.
Si contemplas el reflejo de la luna, ves que se mece poco a poco con las olas, pese a la tranquilidad de éstas, como si la acunaran para que pudiera dormirse y así llegar a soñar.
Las estrellas lo inundan todo, ajenas a la luz de los chiringuitos y hoteles que quedan
lejos de ahí.
Respira profundamente la suave brisa, con sabor a sal. Siempre le encantó el aroma del
mar. Ese mar que siente como sangre de sus venas. Ese mar que le gustaría contemplar
cada mañana al despertar el sol, y cada noche antes de acostarse.
Ese mar que le acaricia el alma con tan sólo, pensar en él.
El mar de sus sueños, de sus anhelos. El que cree le puede dar, una gota de esperanza,
para quizás, poder llegar a ser feliz algún día.
El que ella considera……….su mar.



-Melancolía-

jueves, 9 de abril de 2009

BELLEZA


Se ve reflejado el arcoíris detrás de la lluvia sobre el lago. Los almendros vestidos de blanco,
parecen estar llorando gotas de cristal, y el frescor que se siente en el viento, despeja mi alma.
Respiro profundamente, contemplando el azul intenso que ha quedado en cielo después de
descargar tan amplio lamento, sobre la tierra.
El lago ha quedado en calma, transparente como siempre, haciendo de espejo a todo aquello
que le rodea.
El manantial que se divisa un poco más al fondo, brota con más fuerza que nunca, y los pájaros emprenden su vuelo de nuevo, después de un buen baño primaveral.
Me parece estar contemplando una hermosa postal, en donde da miedo incluso respirar,
para no romper la armonía que se siente.
Me descalzo para poder sentir la hierba en mis pies. Aunque resulta algo fría, por la humedad,
la sensación es maravillosa.
Se pueden ir adivinando los diferentes tipos de flores que vas pasando al caminar, simplemente por el profundo aroma que desprenden.
Parece que alguien hubiera pintado un cuadro, repleto de miles de sensaciones, que conforme lo observas, mas difícil es dejar de mirarlo.
Si pudiera sentir todo eso, todos los días de mi vida. Si pudiera transmitir tanto, con tan sólo unas palabras escritas. Sería realmente maravilloso.
Una paz increíble, capaz de acariciarte el alma, capaz de hacerte olvidar cualquier cosa que
pueda oscurecer tus días, capaz de hacerte ver, que pese a la dureza que tiene a veces la vida,
siempre hay algo, que la suaviza con la ternura más pura, con la calidez más adorable,
devolviéndote las ganas de luchar, de salir adelante, de querer que llegue un nuevo mañana,
para poder contemplar tanta belleza.



-Melancolía-

lunes, 6 de abril de 2009

¿RECORDARAS?


A veces, se queda quieta en aquel banco del parque observando todo lo que ocurre a su alrededor. Como si de una película se tratase, fija su mirada en cada imagen, en cada pequeño movimiento.
En la esquina, como cada día, se sientan un grupo de ancianos de la residencia, que salen a tomar el sol. Parece increíble que la vida, te coloque en un lugar como ese. Algunos de ellos,
casi no pueden ni moverse. Como estatuas haga frío o calor, pasan las horas muertas ahí.
Siempre ha pedido por no llegar a sentirse así, por no llegar si es posible, a vivir tanto.
La contradicción se apodera de ella, cuando al girar su cabeza, puede contemplar el lado opuesto de la vida. Unos niños, juegan en el parque. Suben, bajan, trotan y saltan sin temor alguno y sin preocupaciones. A su lado, sus padres los vigilan con ímpetu, con todo detalle.
Que sorprendente es, contemplar tanta diferencia.
Como si de un partido de tenis se tratara, observa moviendo la cabeza de un lado para otro.
Su mente comienza a darse cuenta, de que aunque pase la vida, por irónico que parezca,
siempre volvemos al mismo sitio.
Cuando nacemos, somos seres indefensos, incapaces de hacer nada por uno mismo.
Nuestro cerebro no nos sirve de mucho. No sufrimos, o al menos, no nos enteramos de ello.
Dependemos de lo que los adultos a nuestro cargo, quieran hacer con nosotros.
Conforme crecemos, con ayuda de los demás o con nuestra propia capacidad, vamos saliendo adelante. Unos conseguimos más que otros. Aunque en el fondo, a todos nos importa lo mismo, llegar a ser felices como sea.
Si lo logramos o no, no sé si tiene mucha importancia. Porque cuando los años se apoderan de nuestro cuerpo y nuestra razón, volvemos de nuevo a estar como antes.
Dependientes de alguien que si tenemos suerte, nos seguirá dando cariño.
Pero en el fondo, nadie te asegura que puedas recordar tu vida pasada.
Nadie tiene la certeza de que cuando consigas tus logros, tus sueños, tus anhelos,
seas capaz de retenerlos en la memoria, para disfrutar de ellos.
Sumergida en las curiosidades de la vida, decide caminar, respirar profundamente, y disfrutar
del instante, del momento, del día a día, sin importarle si mañana, recordará todos y cada uno de sus pensamientos.



-Melancolía-

jueves, 2 de abril de 2009

PINTAR LA VIDA


A veces, quisiera pintar mi vida con diferentes colores. Tapar esos grises intensos que la cubren y llenarla de bellos matices que la iluminaran.
El alma la pintaría de un azul maravilloso, que le diera ese aire de libertad que tanto te llena cuando miras hacia el cielo o la majestuosidad del mar.
El corazón, no puede llevar otro color que el rojo intenso de la pasión y el sentimiento.
Mi piel sería de un tono suave, como la misma arena del desierto. Pero con la frescura que deja el rocío por las mañanas sobre las flores.
Mis ojos, mis ojos no cambiarían de color. Pero les daría el brillo intenso del sol cuando amanece, por el día. Y por la noche, tendrían la profundidad de un tapiz estrellado.
Mis manos serían trasparentes, inocuas. Capaces de trasmitir la suavidad de las caricias,
cuando tanto las sientes y no puedes compartirlas.
Mis labios se fundirían con la brisa. Y llevarían a todos los lugares mis palabras, mis quejas,
mis alegrías y mis lamentos. Y besarían aquello que tanto deseo, que tanto quiero.
Quisiera pintar mi vida, y la de todo el mundo, con colores intensos.
Que pudieran ser repuestos, si pierden fuerza o se vuelven añejos.
Que no sólo cambiaran mi vida, si no la de todos.
Y sirvieran para que el mundo, fuera más perfecto.



-Melancolía-

martes, 24 de marzo de 2009

SENSACIONES


Llorando tras los cristales, contempla como cae la lluvia. Su pensamiento no puede evitar
recorrer hacia atrás, un periodo de tiempo que sabe, que ya nunca volverá.
Jamás le importó la carencia de una vida repleta de comodidades, de lujo o de cualquier cosa, que el dichoso don dinero, pudiera comprar. Tenía lo más importante, el cariño y abrigo de una familia maravillosa.
Su vida transcurría en una casa alquilada, en una calle estrecha de la ciudad. No se podía decir
que estaba mal situada, porque en tan sólo unos minutos, podía alcanzar el centro, y al mismo tiempo, la catedral, que majestuosa se alzaba junto a la orilla del río.
De aquella época, le quedaron grabados numerosos detalles, que jamás podría olvidar.
Las mañanas de invierno, eran tremendamente frías. El piso no disponía de calefacción, pero
siempre encontraba bajo la mesa de la cocina, la estufa encendida. Aquel olor del malte que preparaba su abuela, era el aroma más increíble del mundo para ella.
Le parecía estar recorriendo la casa en ese mismo instante.
La cocina, como casi todas, por de aquel entonces, era tremendamente grande. Antes de entrar, tras pasar el vestíbulo, quedaba a mano izquierda la galería. Por ella podías contemplar el patio interior, en donde cuando salías a tender, podías conversar con las vecinas. Aquellos toldos de flores estampadas, de colores intensos, tenían la misión de proporcionar un poco de intimidad. Aunque no fuera algo que preocupaba demasiado en aquellos tiempos.
El lavadero, servía de entretenimiento cuando llegaba el verano. Le encantaba jugar a lavar la ropa con aquella pastilla de jabón de tajo, que casi no te cabía en las manos.
Conforme seguías avanzando, podías encontrarte con un gran armario que casi llenaba toda una pared. Fuerte y robusto, siempre le llamó la atención por el tallado que llevaba, por puertas y esquinas. Era impresionante.
La mesa, que siempre sirvió para todo, se encontraba repleta de todos los utensilios de escritorio, que su abuelo, usaba cada tarde.
El fregadero, junto a la cocina, era de un tamaño muy particular. A veces, llegaron hasta a bañarse en él.
Pese a que el piso disponía de un gran pasillo, en donde dos ventanales repletos de geranios
dejaban entrar cada día la luz del sol, la vida se concentraba en esa cocina, y en un pequeño cuartito de estar.
Parece que estuviera sentada en esos duros sofás de scay, color vino, en donde pasaron tantas horas viendo aquel televisor en blanco y negro, mientras cenaban.
La librería no era muy grande. Pero lo suficiente para guardar un clásico tocadiscos en color beige, que animaba las mañanas de los domingos, el televisor y una colección de novelas de
Agatha Christie, con la que jugaban a ver quién cogía la que tuviera la portada más terrorífica.
A la hora de dormir, todo el comedor cambiaba los muebles de lugar, para poder abrir aquella cómoda cama turca, o como ahora solemos decir, cama plegable, en donde compartía sueños con su hermana.
Las mantas arropaban aquellas noches tan frías, en donde el olor y el ambiente, se convirtieron en inolvidables.
Jamás podría olvidarse de todas las navidades pasadas entre aquellas paredes. La ilusión de encontrar un juguete, les hacía dormir plácidamente. Nunca tenían gran cantidad de regalos,
porque no disponían de economía suficiente para ello. Pero nunca le importó. Era feliz con una simple muñeca, aunque hubiera tenido que compartirla.
Años intensos, de sensaciones maravillosas, que de vez en cuando, volvían a su mente llenos de añoranza, y que le hacían derramar unas lágrimas.
Quizás porque sabía, que aquellas sensaciones, no podrían repetirse nunca más.
O quizás porque en el fondo, de vez en cuando, necesitaba de ellas.




-Melancolía-

lunes, 23 de marzo de 2009

LLEGAR A SENTIRLO


Hoy he paseado por aquél paraje maravilloso. He podido comprobar la belleza inmensa de la naturaleza en su pleno esplendor. La soledad, fiel compañera de todos mis sentimientos, ha compartido el placer de ese inolvidable momento.
Comencé a caminar sin ningún rumbo determinado. Mis pies, tomaron independientemente un destino, que incluso yo misma desconocía.
Rodeada por montañas, me he dejado llevar por el aire fresco de la mañana. Una mañana de primavera, realmente fascinante. Hacía tiempo que el cielo no era de un azul tan intenso.
Ni una sola nube cubría la majestuosidad con la que había amanecido el sol.
Absorta en la dulce caricia del viento, que me envolvía con los aromas embriagadores de cientos de flores silvestres, he llegado al cauce del río.
Mis oídos se han embelesado con el sonido del agua. Tibia, e increíblemente trasparente,
caía en un gran salto desde lo alto de la montaña, como si de una larga cola de caballo se tratara, salpicando tenuemente al llegar abajo.
Mirara por donde mirara, el verde más increíble lo cubría todo.
El olor de la hierba impregnaba mis pulmones, de esa sensación de frescor tan especial,
que solo posee la primavera, llena de colores intensos y sensaciones físicamente asombrosas.
Poder respirar, vivir cada detalle, cada color, cada ligero movimiento, cada dulce sonido, es algo, que no se puede describir. El único modo de conocerlo, es poder llegar a sentirlo.



-Melancolía-

sábado, 21 de marzo de 2009

UNA BELLA MARIPOSA


¿Has visto alguna vez revolotear mil mariposas, de mil colores? Van dejando una estela de polvo mágico, que baña las flores.
Ondean por el viento, como si de pañuelo de seda se tratase. Suaves, majestuosas, repletas
de armonía.
Su vuelo refleja el claro e intenso culto a la libertad. A la más maravillosa calma e inspiración.
A veces, cuando las observo, puedo sentir el viento acariciando mi piel, al igual que lo hace con sus alas.
Sería increíble poder planear del mismo modo, recorriendo mil y un lugares, acariciando las flores una a una, y absorbiendo de ellas, ese aroma intenso que poseen.
¿Sentirán lo mismo que yo cuando las contemplo? ¿Sabrán la belleza que poseen?
¿Sentirán realmente esa libertad que desprenden?
Es maravilloso, que un ser tan pequeño y delicado, pueda transmitir tanta fuerza, tanta cantidad de sentimientos, con tan sólo un ligero movimiento de sus alas.
Déjate llevar por un momento, abandona por un instante el suelo, y sumérgete en el azul intenso del cielo. Planea por el viento, sube, baja, remonta de nuevo y vuela, simplemente
vuela. Deja que el sol lave tus alas junto al rocío de la mañana, y bebe el néctar de las primeras flores de la primavera.
Fúndete con el verde de la hierba y respira profundamente. Que tus pulmones se embriaguen de la inmensidad de poder sentirte…. Una bella mariposa.



-Melancolía-

miércoles, 18 de marzo de 2009

LIBERTAD EN SOLEDAD





Su alma se sentía tremendamente dolida. Se refugió en aquel paraje de soledad y armonía,
para alentar así su espíritu y olvidar, lo que tanto daño le producía.
Escapó de todo aquello que le rodeaba, aislándose por completo.
Sus mañanas comenzaban respirando el aire fresco de las montañas. El abrir la ventana de su habitación, le hacía sentir el verdadero sentido de la libertad. El viento la acariciaba con ternura. Los aromas de las flores silvestres del lugar, la bañaban de suavidad y olores intensos.
Y el sonido del agua de aquel riachuelo tan cristalino, le trasmitía la paz, que tanto necesitaba.
No quería recordar nada de su pasado.
Su vida comenzaba en ese preciso momento. Nada quedaría de años anteriores. Todo se borraría de su mente para siempre.
En el fondo, era lo que en todo momento había deseado. Que el mundo desapareciera por completo. Que no hubiera nada ni nadie, que le atara a ningún lugar.
Había soñado mucho tiempo con la libertad. Una libertad que nunca había conocido.
Nunca quiso que nadie sintiera nada por ella, porque sabía que este instante llegaría.
La soledad fue siempre su meta. Y ahora, la tenía justamente entre sus manos.
Quizás se sentía un poco egoísta, porque sabía que su soledad, le alejaría de poder sufrir
por nada ni nadie. Solamente ella misma, sería la causa de cualquier sufrimiento que aconteciese.
Se habría un mundo nuevo para ella del que sabía, jamás querría marcharse.
Un mundo donde poder respirar profundamente sin miedo, sin reproches, sin reacciones adversas, que le causaran dolor.
El mundo que siempre deseo, el que le daría lo más valioso para su vida:
La libertad más grande, con la soledad más absoluta.




-Melancolía-

domingo, 1 de marzo de 2009

EL ULTIMO ADIOS


Un día gris amanece nuevamente. El frío penetra hasta los huesos. En aquel lugar, en donde las almas reposan para siempre, aun parece mucho más desapacible.
Se refleja la cara de angustia y desesperación de las gentes que acuden a decir el último adiós,
a un ser querido.
Es inevitable, acompañar a las personas a las que quieres, en esos momentos que tanto necesitan tu apoyo. Pero nunca me gustó hacerlo.
El viento sopla insistente. Te llegas a quedar tan fría, que tardas unas cuantas horas en entrar
en calor, cuando regresas a casa.
No sabes que hacer, que decir, que pensar. Creyente o no, escuchas las palabras del sacerdote, alentándote a ver, que más allá, existe algo. Por la manera de decirlo, casi podrías
llegar a pensar, que es algo mucho mejor que lo que tenemos.
Te habla de que la persona que se va, no se va, solo emprende un viaje a una vida mejor.
Que tenemos que estar felices por ello. Que va a estar rodeada de todos sus seres queridos.
De toda la paz y tranquilidad que jamás podríamos imaginar. Que demos gracias porque Dios,
la acoja en su seno.
Son palabras que, sinceramente, a mí nunca me ayudaron. Nunca comprendí el por qué tenía que renunciar a la compañía de los seres que más he necesitado. De aquellos que han formado parte de mi vida, de una manera irreemplazable. Por qué dejar de sentir sus caricias,
de escuchar su voz, de ver su sonrisa.
El vacío que dejan, es impresionante.
No, no pueden servirme esas palabras, después de ver la tristeza en todos y cada uno de los
seres que despiden un cuerpo inerte, metido en una caja de madera.
Quizás no nací para comprender ciertas cosas. Quizás no tengan comprensión alguna.
Quizás simplemente, no quiera comprenderlas.
Cuando termina el adiós en la capilla, comienza el auténtico calvario. Hasta el momento,
casi llegas a estar convencida de esas bellas palabras, que salen como caricias de mano del
sacerdote. Pero el primer golpe de viento te espabila, camino del nicho o la tumba donde
realmente, dormirá para siempre, por decirlo de alguna manera.
Entonces es cuando te das cuenta, de que ya no volverá. De que habrá momentos cruciales en tu vida, en donde no estará, en donde sentirás que falta una parte muy importante, que se perderá los instantes que tanto quisiste compartiera contigo.
Son estos momentos los que me dan que pensar, los que me hacen plantearme día a día,
el sentido de la vida. Por qué y para qué vivimos.
Tanto sacrificio diario, tanto luchar, tanto sufrir.
No encuentro razonamiento alguno, que me haga comprender cosas como el por qué, las mejores personas, son las que antes se alejan de tu vida. Por qué el sufrimiento de una madre,
que desea fervientemente tener un hijo, y cuando lo consigue, de un modo u otro lo pierde.
Y así sucesivamente, podría contar miles y miles de injusticias que no logro entender.
No, no puedo encontrar la contestación a las preguntas que cada día me hago a mí misma.
A algo que para mí, no tiene ni pies ni cabeza. Solo me hacen tener y sentir el deseo, de que esta vida que me toca vivir, pase lo más rápido posible.


-Melancolía-

UNA ROSA POR ALMA


Siempre llamó la atención por su mirada, su sonrisa de niña y sus singulares gestos al dialogar.
Parecía que su alma se dejaba ver en cada expresión, en cada conversación que mantenía.
A veces, no necesitaba ni hablar, sus ojos oscuros, lo hacían por sí solos.
Su rostro, no era de extremada belleza. Ni siquiera tenía un cuerpo deslumbrante.
Cosa que nunca le importó.
Era una simple amapola, en un inmenso jardín de rosas.
Cuando era niña, entendió que no es importante ser la más preciosa.
Entendió que la fisonomía de las personas, era un simple envoltorio para algo, que sí
debía de ser maravilloso.
Algo que debía ser cuidado día a día, haciendo que fuera cada vez más grande,
cada vez más puro.
Algo que sería para procurar la felicidad, de todo aquel que la rodeaba.
Algo que le haría de algún modo, ser la persona más increíblemente hermosa.
Aprendió a que en la vida, lo más importante está dentro de cada uno, y como tal,
intentó por todos los medios, embellecerse a sí misma. Hacer de su alma, una rosa.
Ahora, comprendía lo que era para ella la felicidad.
Respirar profundamente el aire puro de la mañana. Mojarse con la lluvia.
Contemplar cada detalle del día. Observar las estrellas por la noche. Disfrutar de la sonrisa de un niño. Y sobre todo, estar con las personas que quieres, cuando más lo necesitan.
A expresar sus sentimientos a cada momento. A decir te quiero.
A que las cosas realmente importantes, no las compra el dinero. A dar todo, sin pedir ni esperar nada a cambio. A repartir lo que en ella, siempre fue un caudaloso río, el cariño.
Un cariño inmenso y sincero, con el que esperaba llegar a cada rincón, a cada lugar y corazón,
donde hiciera falta. Solo esperaba, haberlo conseguido.



-Melancolía-

miércoles, 11 de febrero de 2009

UNA TORTURA


La noche ha llegado casi sin darse cuenta. Como cada día últimamente, acaba sentada en un rincón de su habitación. Con la cabeza escondida entre las piernas, doblegada, triste y sumisa,
descarga su llanto.
La oscuridad de su cuarto, oculta sus rasgos cansados, demacrados y desmejorados, de la que fue una muñeca de porcelana.
Su pelo negro ha perdido el brillo que tenía. Su rostro, esa delicadeza innata que desprendía.
Y su mirada, ha cambiado su intensidad, por la tristeza más absoluta.
Atrás quedaron sus sueños, sus ilusiones, y aquella seguridad en sí misma, que siempre tuvo.
Ya no sabía que era sentir la libertad de la brisa, respirar el aroma de una flor, y lo que es más importante, el valor de una caricia.
Su vida se truncó en el mismo instante en que su corazón, comenzó a latir descontrolado, por
aquél, que creyó su gran amor.
Con la ingenuidad y la inocencia a flor de piel, se enamoró del que primero, compartiría su vida, para luego destrozarla por completo.
Las caricias, se convirtieron en golpes. Las palabras, en dagas afiladas e hirientes.
Y el amor, el amor se desvaneció como si nunca hubiese existido.
Cada día deseaba que llegara la noche. Cada noche, que no llegase la mañana. Y cada minuto,
que fuese el último.
Los recuerdos de su infancia, era lo único que la mantenía a flote. Lo único que le daba fuerzas para seguir.
Aferrarse a ellos, era lo que le hacía ver una luz de esperanza, en su apagada vida.
Era difícil comprender por qué seguía ahí, por qué no salía de esa prisión.
La verdad, ni ella misma lo entendía.
¿Quizás el miedo? ¿Quizás se sentía perdida, sola?
O quizás y simplemente, había perdido toda razón por vivir, por luchar.
Quizás la vida, no supo mantener en ella la magia.
Quizás no le dio la oportunidad de descubrir, que hay un mundo maravilloso.
Que no todos son tormentas y días grises. Que hay un bello paisaje donde el cielo es de un azul increíble, el sol brilla cada día, y el viento acaricia todo aquello por lo que pasa.
Que hay campos repletos de flores, que esparcen su aroma entre mil colores intensos.
Que se puede soñar, e incluso llegar a alcanzar tus sueños.
Que cada noche hay infinidad de estrellas, capaces de alumbrar la oscuridad más absoluta.
Y que el amor existe, aunque para ella, haya sido una tortura.



-Melancolía-




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jueves, 5 de febrero de 2009

TU CORAZON


No se expresar las cosas de otro modo. Sentada delante de mi ordenador, mis dedos actúan siguiendo el dictado de mis sentimientos. Realmente, tengo una gran ayuda, mi amiga la música. Ella me inspira en cada momento.
Pese a eso, es el corazón el que manda los impulsos hacia el teclado.
No puedo controlar lo que siente en ningún momento.
A veces, mientras escribo, se llegan a saltar mis lágrimas y el dolor es intenso. Otras, una sonrisa ilumina mi rostro, a la vez que viajo con la imaginación, hasta los lugares que describo.
Es impresionante poder hacerlo. Mis manos me ayudan en muchos momentos, a mitigar estados emocionales, que de otro modo no podría.
Siento libertad cuando escribo. Nada me frena, nada me prohíbe decir lo que pienso, lo que siento a cada instante. Expresar los sentimientos, intentando envolverlos en la máxima ternura posible, es lo más maravilloso, si se consigue.
Llegar a trasmitir emociones, sensaciones. Llegar a conseguir que alguien pueda oler una rosa,
a ser acariciada por la brisa, a contemplar maravillosos paisajes que quizás solo existan en la imaginación, a sentirse amada o incluso a sentirse comprendida, por medio de las palabras,
es un sueño para mí.
No pienso en llegar a nada, bueno, si soy sincera, si espero llegar algún sitio. A esa parte increíble que cada uno de nosotros tenemos dentro. esa parte fascinante que late al ritmo de las emociones. Esa parte que hace que cada día, exprese de un modo u otro lo que siento,
lo que veo, lo que he vivido o simplemente, mis sueños.
Esa parte de donde sale todo lo que escribo, y a la que espero, llegue del mismo modo:
Tu corazón.



-Melancolía-

miércoles, 4 de febrero de 2009

LA PALOMA DE MIS SUEÑOS



Tan blanca como la nieve, refleja la pureza más llana. Se la puede ver volar, todas las mañanas sobre lo alto de aquel viejo campanario, justo al final del pueblo.
Planea por el viento, como si de una cometa se tratara, solo que nadie la sujeta, es libre.
Su plumaje trasmite una suavidad increíble. Su belleza, es la de un ángel, que recorre los cielos, en busca de un alma solitaria a la que poder hacer compañía.
No existe otra paloma igual en todo el pueblo.
A veces, cuando la observo, me gustaría poder estar dentro de ella. Poder contemplar con su
mirada el mundo desde allá arriba. Poder recorrer miles de kilómetros y sentir el viento en
mi cara, al igual que ella, lo siente en sus plumas.
Sentir que caes sin control desde lo alto, para llegar a tierra firme sin esfuerzo.
Beber de arroyos cristalinos. Oler los aromas de las flores más embriagadoras y comer los
frutos más diversos.
Muchas veces, se para en mi ventana y permanece ahí durante mucho rato. En ocasiones, creo que he llegado a dormirme contemplándola.
Son esas noches, en las que he sentido que mi alma a podido volar,
llegando hasta las estrellas, en donde por un momento, he podido vivir mi sueño.
He podido alcanzar lo que tanto deseo.
Lástima que esas noches acaban, y a la mañana siguiente, vuelve a su campanario.
Vuelve a planear en el viento, sin modo alguno de retenerla.
Quizás una noche, decida quedarse conmigo eternamente, decida olvidar su torre,
para hacer realidad, mi único sueño.




-Melancolía-


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LIBERTAD



El mar golpea con fuerza los acantilados. Parece furioso y enojado. Jamás lo vi de ese modo.
El cielo está gris, y las primeras gotas de lluvia comienzan a caer.
La playa queda desierta en un instante. Tan solo, a lo lejos, se ve la mirada perdida de un alma
solitaria, que parece buscar algo en el horizonte.
Sus ojos, guardan la expresión más pura de la tristeza. Su rostro comienza a humedecerse con
la lluvia. Diría que sus lágrimas, se mezclan con las gotas más puras del cielo.
Su pelo no ondea al viento, se adhiere a su silueta, lacio, empapado.
Al mirarla, parece como si todas las fuerzas del universo, se hubieran puesto de acuerdo, para
descargar su ira.
La brisa, se convierte en un fuerte viento, que agita más las olas si se puede.
Pero ella sigue ahí, impasible.
Nada distrae su mirada.
Poco a poco, se va acercando al mar. Sus pies alcanzan el agua.
No le preocupa su fuerza, su bravura. Es como si quisiera enfrentarse a él, reprocharle su enojo.
Como si lo que ella está esperando, no llegara por su culpa.
Sin darse a penas cuenta, el agua la envuelve por completo. La zarandea pero se resiste.
Con todas sus fuerzas, se levanta y alza los brazos hacia el cielo. Le planta cara, lo provoca,
lo reta.
Es una lucha entre titanes. Por un lado, la inmensidad del mar, y por otro, el poder de un alma, que sólo le pide, que le devuelva su libertad.



-Melancolía-



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jueves, 29 de enero de 2009

EN LAS ESTRELLAS


La noche se cubre de estrellas. A lo lejos, la luna en cuarto creciente, acuna a una de ellas.
El viento sopla suave, cálido. No hay ni una nube en el cielo.
Casi puedes alcanzar a tocarlas. Quisiera perderme entre ellas, rodearme de esa luz intensa que irradian.
En medio del lago, es fascinante contemplarlas.
Es como si el cielo te rodeara. Solo oscuridad, la luna, y ellas.
Si acaricias el agua con un simple dedo, rompes el espejo maravilloso que crea, convirtiéndolo
en un bello ballet, donde todas danzan al unísono. No hace falta la música, es el viento quien la crea.
Por un momento, puedes imaginar que no existe nada más.
Tampoco lo necesitas.
Es tan increíblemente hermoso, que todo lo demás escapa al sentido.
Es en ese mismo instante, donde comienzan tus sueños.
Tumbada en medio de la nada, pero a la vez, de un todo insuperable, tu mente vaga por el nirvana, intentando descubrir el sentido de la vida.
El por qué de la razón y el principio del universo.
Intenta descubrir el modo, de alcanzar el paraíso, en el único lugar, donde sabes,
que es casi imposible hacerlo: las estrellas.



-Melancolía-


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miércoles, 28 de enero de 2009

SIMPLEMENTE.......UN CISNE


Sencillamente hermosa, se funde con el viento al compás de la música.
Su cuerpo, se desliza cual mariposa vuela por el aire, revoloteando de
flor en flor, tan sólo con las puntas de sus pies.
Su elegancia, su belleza, va dejando estelas de colores al mínimo movimiento
de sus manos.
Siempre soñó con ser un cisne, en un lago maravilloso.
Ahora, era el más majestuoso de ellos.
Cuando baila, ni la más increíble lluvia de estrellas, ilumina tanto.
Es como si la música la absorbiera por completo, formando un solo ser,
un solo cuerpo.
Como la magia de un bello atardecer, que inunda el cielo de esa mezcla
de anaranjados y rosas, en un día caluroso de verano.
Como miles de pétalos que manejados por el viento, reparten su aroma
embriagador por donde pasan.
Observarla, es sumergirse en un mundo de sueños fascinantes.
La ternura la envuelve, la suavidad la arropa y la delicadeza, la delicadeza
emana de su alma.
Un alma que comienza a ser libre, en el mismo instante en el que la música,
desprende su primera nota.



-Melancolía-




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lunes, 12 de enero de 2009

ENCANTAMIENTO


Se mueve el viento del norte. Los sauces llorones adornan las dos orillas del río, dando su sombra a miles de flores silvestres, que crecen bajo su cobijo. Es una tarde maravillosa.
Pasear por aquel paraje, es adentrarse en un lienzo de colores intensos, hecho para soñar.
Las aguas del río trascurren cristalinas y vírgenes por su cauce.
La transparencia es tan increíble, que no escapa a la vista ningún detalle del fondo.
Peces multicolores aletean por el agua, como si de una carrera por alcanzar el final del
arroyo se tratara.
Escucho el sonido del agua en mis oídos. El viento la entremezcla con el suave susurro
que va dejando a su paso.
Es fascinante la tranquilidad que se respira.
No puedo evitar sentarme en la orilla y contemplar aquel lugar maravilloso.
Mis ojos se escapan hacia el agua.
En un pequeño remanso de tranquilidad de la rivera, se puede ver el reflejo del cielo.
Las nubes blancas parecen algodones inmensos, que acarician el agua como si quisieran
absorber su frescura.
El color es intensamente azul.
Apoyada en uno de esos sauces majestuosos, respiro el aroma que emana de las flores.
Me embriago completamente del lugar, del momento.
Si pudiera detener el tiempo en este preciso instante. Si pudiera ser parte de ese lugar.
Me convertiría en sauce, para con mi sombra albergar y resguardar a cualquiera que lo
necesitara. Para sentirme acariciada por el viento. Para reflejar mi hermosura en las
aguas cristalinas de ese río.
Si pudiera tan sólo vivir de su esencia. De la paz de sus orillas, de sus sonidos.
Si pudiera, sería como vivir en libertad, como dejar volar mi alma,
como un dulce encantamiento.



-Melancolía-




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domingo, 11 de enero de 2009

VIVIRLO DE NUEVO


Siento en mi piel la suavidad de la brisa. El mar está en calma esta noche. Las estrellas iluminan el infinito edén, que a lo lejos, envuelve una luna, majestuosamente blanca.
Mis pies descalzos caminan despacio por la arena. La sensación es indescriptible.
Mi pelo ondea al viento. Cierro los ojos y dejo que me acaricie.
Me acerco a la orilla para sentir el agua en mi piel.
No puedo evitar seguir caminando.
Observo impasible cada detalle. Mi amiga la soledad me acompaña.
Necesitaba estar con ella esta noche. Necesitaba que juntas compartiéramos un buen
rato de confidencias, de sentimientos.
A veces la necesito demasiado. Ella me comprende, me escucha, me tranquiliza.
La noche es apropiada para soñar. Para dejar que la mente me lleve a lugares fascinantes,
que quizás nunca pueda llegar a visitar.
A instantes que jamás podré vivir.
El mundo parece haber desaparecido. Dichosa soledad, tu presencia me hace ¡tanto bien!
El susurro de las olas hace de música divina en mis oídos. Me siento en otro mundo, un mundo paralelo, un mundo que deseo y todavía no existe.
Un mundo que me hace acercarme, a lo que yo creo, podría ser la felicidad.
A lo lejos, la luz intensa de un pesquero, rompe la oscuridad del horizonte.
Una postal preciosa para mis ojos.
Mis pies siguen caminando. Nada detiene su andar por la arena húmeda. Voy fijándome
en todo lo que me rodea. Hasta la más minúscula roca, parece un oasis de belleza para
mi mente.
A pocos metros, consigo apreciar la mirada encendida de dos corazones enamorados.
La sencillez que describen, al abrazarse, al besarse, al caminar juntos, al compartir, hace que mi soledad y yo, sintamos añoranzas. Los recuerdos resurgen del alma. El corazón palpita.
Y la piel siente de nuevo las caricias, a modo de escalofríos.
Miro al cielo estrellado y consigo ver su mirada. Sus ojos penetrantes se clavan en mis pupilas,
mientras su labios dicen….te quiero.
La brisa me hace sentir sus manos. Y el mar, el mar me trae el aroma de su piel.
La noche me hace vivir la magia de un momento maravilloso, que guardo en mi mente para siempre, deseando que llegue el momento de poder vivirlo de nuevo.


-Melancolía-



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jueves, 8 de enero de 2009

QUIZÁS




Hoy la niebla es persistente. El cielo, no deja entrever la luna maravillosa,
que antes de ayer, iluminaba el cielo, junto a la estrella del norte.
El parque se ve triste, frío y desangelado.
Los árboles han perdido su bello follaje verde, su sutil vestido de primavera.
El frío es intenso.
Nada ni nadie se puede divisar, en una larga distancia. El silencio es penetrante.
Tan sólo el caminar de uno mismo, lo rompe de manera inconsciente.
La humedad rocía tu cara refrescándola. Es maravilloso sentirla.
Camino sin sentido, me dejo llevar por la tranquilidad que se respira.
Pese al frío que hace, me siento cálidamente arropada, tranquila.
Mis pies no quieren detenerse y me adentran cada vez más en el parque.
La niebla se espesa, pero no me importa.
A lo lejos, va quedando el ir y venir de los coches de la avenida.
Todo parece vacío, como si el mundo en un instante, hubiera desaparecido.
Como si no existiera nadie más que yo.
Son esos momentos los que aprovecho para imaginar, para pensar, para dejarme
llevar por los sueños que, aun sabiendo que son imposibles, o que jamás podré
llegar a alcanzarlos, me hacen ver la vida de diferente manera.
Me hacen tener la ilusión, de que el mañana pueda ser distinto.
Nunca dejé de soñar y creo que nunca podré dejar de hacerlo. Aún sigo siendo
esa niña que piensa que en algún sitio existe la magia, el amor incondicional y los
verdaderos sentimientos. Que las cosas, no importan. Que nadie es mejor ni peor
que nadie, solo diferente. Que el verdadero valor de las personas, está dentro de
ellas y no en esa fachada que descubren nuestros ojos.
Aun sigo pensando, que lo que realmente importa y llena tu vida, no es tu propia
felicidad, si no el poder hacer feliz a la gente que te rodea.
Que la sonrisa de un niño es la luz de cada mañana y no hay nada más importante.
Que aunque la vida no te sonría, siempre existe un pequeño motivo para seguir,
una puerta entreabierta, una esperanza.
Y quien sabe, quizás algún día, alguno de mis sueños, pueda hacerse realidad.



-Melancolía-