miércoles, 2 de septiembre de 2009

UN MAR EN CALMA




Tras la ventana contemplo el ir y venir del viento, apoyada en los cristales, que poco a poco se van humedeciendo por el contraste de la temperatura.
Los árboles de la avenida, dentro de nada, perderán ese verdor intenso que han mantenido durante todo el verano, para cambiar sus ropajes. Para más bien, desprenderse de ellos.
Es curiosa la naturaleza, y a la vez fascinante.
El cielo se ha tornado gris, quizás llueva, quizás no.
Quizás se esté tomando un pequeño descanso a tanta luz.
Dentro de unos meses, los días serán más tristes, más sombríos.
Volverá el frío intenso que tanto odio, dejando atrás cualquier rastro del verano.
La noche se convertirá en eterna y el día, despertará con el típico cielo encapotado de nubes o esa niebla densa, que se cuela hasta los huesos.
Tan sólo quedará el fuerte viento de esta tierra, que permanece impasible durante todo el año
y será el único capaz de devolverle la luz del sol, al duro invierno.
Cómo pasa el tiempo, como transcurre cada día envuelto en la más absurda monotonía.
Cómo sientes que se te escapa la vida en cada minuto, en cada segundo, y por mucho que quieras, no puedes impedir que esto suceda.
Los mismos lugares, los mismos paisajes y la misma rutina.
Tan sólo el ir y venir de las gentes que te son totalmente ajenas, cambia un poco cada día.
A veces los contemplo desde el autobús, con el único afán de poder llegar a saber que piensan,
que pasa por sus cabezas.
Cuando nuestra mente merodea por nuestro interior, como alma en pena, creemos que somos los que más sufrimos, a los que más nos afecta todo. Que no existe nadie que sufra más que tú, que a nadie le puede doler nada más, que a ti.
Tu mar de sentimientos es único, pero no por ello, es el más profundo y el más bravío.
El corazón de cada cual, navega incansablemente por ese mar cada día, intentando remontar cada dura tormenta que la vida pone a tu paso.
Muchos la afrontan con ilusión y energía. Otros sucumben ante el fuerte oleaje y se hunden o quedan varados para siempre.
En mi caso, simplemente lo afronto con una pequeña embarcación, con la que espero, día a día, alcanzar un mar en calma, que me lleve lo antes posible, hasta el final de la mía.




-Melancolía-

5 comentarios:

  1. que bello y que triste al mismo tiempo...

    aferrate a cada dia, a cada momento, que ese no regresa.

    me encanto...

    mil besos

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  2. ::: (\\_(\\
    *: (=“ :“) :*
    •.. (,(““)(““)¤°.¸¸.•´¯`» BELLAS PALABRAS AMIGA, ESPERO VOS ESTES BIEN, GRACIAS POR TUS COMENTARIOS EN MUNDO ANIMAL.

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  3. aferrrarnos a cada momento vivido es lo importante, un beso preciosa

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  4. Una descripción perfecta de la melancolía que tiñe de gris esos días tristes que aproxima el invierno...

    Besos!

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  5. Por muchas tormentas que ponga la vida, por mucho que los truenos no nos dejen escucharnos hay que seguir con todo. Vivir es eso.

    Abrazos.

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