miércoles, 18 de noviembre de 2009

ABARCAR EL MUNDO ENTERO


Me he recostado en la hierba, como tantas veces suelo hacer.
Pese a que el día está claro, e intensamente soleado, las nubes no dejan de pasar al compás
de la tenue brisa que corre. Parecen perfectos algodones. Suaves, esponjosos.
Y cada una de ellas, va formando una figura, una silueta perfecta.
Quizás mi incontrolable imaginación, sea la que las moldea, intentando encontrar tus ojos,
tu dulce mirada.
El intenso olor de la hierba recién cortada, se incrusta en mis pulmones, refrescando mi alma.
Desde ahí abajo, todo parece tan pequeño, que te sientes una minúscula parte de este universo tan maravilloso.
De vez en cuando, se mezcla el aroma de la hierba con la calidez del mar, que tan solo a unos metros, rompe sus olas contra los acantilados.
Su sonido es como el de una grandiosa coral cantando al viento.
Es asombroso poder percibir cada detalle, cada rumor, cada delicada fragancia, de este lugar.
Creo que si cerrara los ojos, podría comprobar que no me falta ni un solo rincón, por grabar en mi mente.
Me siento como en un colchón con vistas al cielo.
Es como estar inmersa en un cuadro, que cobra vida sólo para mí.
Para poder otorgarme el privilegio de sentir, de vivir el intenso placer de formar parte, de esta naturaleza tan perfecta. Lejos del mundanal cotidiano que tanto nos agobia a veces.
Es como no pertenecer a ningún sitio, y sin embargo, abarcar el mundo entero.
Un mundo que casi nunca…….llegamos a disfrutar.


-Melancolía-

sábado, 7 de noviembre de 2009

PERDER EL SOL

Hay días en los que sientes que te falta el aire, te ahogas. El corazón se te aprisiona, como si un puño lo estuviera estrujando con toda la fuerza posible. Casi ni palpita, pero el dolor es intenso, y casi llegas a desear, que deje de latir para no seguir sufriendo.
En esos instantes, empiezas a buscar las cosas que en algún momento de tu vida,
creíste te hacían feliz. Aquellas que con el paso del tiempo, quedaron grabadas en tu mente,
y a las que te aferras con toda tu alma, para poder seguir adelante día a día.
Una mirada, una sonrisa, un simple gesto de cariño que ahora añoras.
El despertar de una mañana de invierno y sentir tus pies cerca de aquella estufa tan vieja,
pero que aportaba el calor más increíble.
Las mágicas mañanas de reyes, que junto a tus hermanos, buscabas desesperadamente encontrar tus regalos, que aunque eran mínimos por la escasez económica, para ti, eran los tesoros más grandes.
Aquel parque donde jugabas después de salir del colegio, a la vez que merendabas.
El frío intenso de las noches, en donde una buena manta, era la calefacción más rentable
y económica.
Aquellos vestidos que eran idénticos a los de tu hermana, y que no te importaba llevar a la vez,
y luego aprovechar el de ella, otros tantos años más.
El sonido de una voz increíble, que susurraba villancicos para que tu sueño fuera tranquilo,
y sintieras que todo era posible, que nada podía hacerte daño.
Hay días, en los que pides regresar, aunque solo sea un instante, a sentirte como entonces.
A saborear lo más importante que tiene esta vida, y que muchas veces, no sabemos valorar debidamente.
Hay días en los que el sol solo sale, al recordar lo feliz que eras, y aun sin tener nada, lo tenías absolutamente todo.
No deberíamos perder nunca ese sol, ni dejar que ninguna nube lo cubriese.




-Melancolía-

miércoles, 4 de noviembre de 2009

JAMÁS


Pese a que el día es gris, frío y desapacible, ella se siente en las nubes, en un mundo diferente,
en un rincón inhóspito de algún lejano lugar, donde los problemas no existen, donde la calidez es capaz de inundar el corazón, haciéndolo latir a un ritmo desorbitado y descontrolado. Pero con una fuerza increíble.
Hoy, ha creído caminar descalza sobre la arena de esa playa desierta con la que tanto ha soñado. La brisa ha acariciado sus mejillas y despeinado su pelo como nunca.
Y una profunda calidez, la ha embriagado por completo, haciéndola sentir como jamás se había sentido.
La luna esta noche, será la más hermosa que verán sus ojos. Las estrellas, bailarán al son del mar, y el murmullo de las olas, será la melodía más maravillosa que endulzará sus oídos.
De vez en cuando se pellizca, para saber que está ahí, que es real. Que todo lo que siente no es una fantasía, un sueño creado por su mente, para evadirse de una rutina cotidiana, insulsa y sin esperanza, que poco a poco la asfixia, le ahoga.
Cuando se da cuenta que no es así, respira profundamente y sus pulmones, se llenan de aromas sutiles que le recuerdan una hermosa primavera, sus flores, sus sonidos, sus colores intensos y tan llenos de vida. Se llena de ese aroma indescriptible que sólo emana el amor.
Ese amor que lo cambia todo, de una manera inefable, admirable.
Ese amor capaz de subirte hasta lo más alto, en décimas de segundos sin temor a nada,
sin dudas, sin preguntas. Con la más absoluta confianza, de que hoy, será un día maravilloso, pero mañana, lo será todavía más.
Ese amor que sólo aparece una vez en tu vida, para no marcharse jamás.


-Melancolía-