domingo, 1 de marzo de 2009

UNA ROSA POR ALMA


Siempre llamó la atención por su mirada, su sonrisa de niña y sus singulares gestos al dialogar.
Parecía que su alma se dejaba ver en cada expresión, en cada conversación que mantenía.
A veces, no necesitaba ni hablar, sus ojos oscuros, lo hacían por sí solos.
Su rostro, no era de extremada belleza. Ni siquiera tenía un cuerpo deslumbrante.
Cosa que nunca le importó.
Era una simple amapola, en un inmenso jardín de rosas.
Cuando era niña, entendió que no es importante ser la más preciosa.
Entendió que la fisonomía de las personas, era un simple envoltorio para algo, que sí
debía de ser maravilloso.
Algo que debía ser cuidado día a día, haciendo que fuera cada vez más grande,
cada vez más puro.
Algo que sería para procurar la felicidad, de todo aquel que la rodeaba.
Algo que le haría de algún modo, ser la persona más increíblemente hermosa.
Aprendió a que en la vida, lo más importante está dentro de cada uno, y como tal,
intentó por todos los medios, embellecerse a sí misma. Hacer de su alma, una rosa.
Ahora, comprendía lo que era para ella la felicidad.
Respirar profundamente el aire puro de la mañana. Mojarse con la lluvia.
Contemplar cada detalle del día. Observar las estrellas por la noche. Disfrutar de la sonrisa de un niño. Y sobre todo, estar con las personas que quieres, cuando más lo necesitan.
A expresar sus sentimientos a cada momento. A decir te quiero.
A que las cosas realmente importantes, no las compra el dinero. A dar todo, sin pedir ni esperar nada a cambio. A repartir lo que en ella, siempre fue un caudaloso río, el cariño.
Un cariño inmenso y sincero, con el que esperaba llegar a cada rincón, a cada lugar y corazón,
donde hiciera falta. Solo esperaba, haberlo conseguido.



-Melancolía-

3 comentarios:

  1. Una bellísima descripción de LUZ...Aquella que llega a todos y cada uno de los rincones del alma. Maravillosa, como siempre...

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  2. Dar todo sin pedir nada a cambio me quedo con esto, dar amor, que seguro que lo recibiremos con creces.
    Con cariño
    Mari

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