
Esperaba ansiosa como cada mañana su llamada. Deseaba que su voz,
fuera el primer sonido que oyera al despertar.
Se sentía como una niña en el día de reyes, cuando al amanecer, busca
desesperada sus regalos por cualquier rincón de la casa.
Cuando el teléfono sonaba, su ojos se iluminaban con un brillo especial.
Su día se transformaba en ese mismo momento.
Le gustaba oírle reír, escucharle decir lo feliz que era, lo que la necesitaba.
En aquellos instantes, se sentía el ser más importante del mundo.
Sentía que alguien la quería realmente y que por fin, era útil para algo.
Era un cúmulo de sensaciones, que no podía explicar, pero que le hacían sentirse,
la persona más feliz de la tierra.
Cada noche se acostaba, deseando que llegase el día siguiente, para poder
hablar con él.
Para oír una y otra vez, ese te quiero maravilloso, que iluminaba por
completo su vida.
Esas palabras dulces que siempre le decía, y esa preocupación que sentía por ella.
Era el sonido más embriagador que jamás había escuchado. Un sonido que la envolvía
con la caricia más suave, con la calidez más extrema.
Un sonido que dejaba en ella, las más dóciles notas de amor.
fuera el primer sonido que oyera al despertar.
Se sentía como una niña en el día de reyes, cuando al amanecer, busca
desesperada sus regalos por cualquier rincón de la casa.
Cuando el teléfono sonaba, su ojos se iluminaban con un brillo especial.
Su día se transformaba en ese mismo momento.
Le gustaba oírle reír, escucharle decir lo feliz que era, lo que la necesitaba.
En aquellos instantes, se sentía el ser más importante del mundo.
Sentía que alguien la quería realmente y que por fin, era útil para algo.
Era un cúmulo de sensaciones, que no podía explicar, pero que le hacían sentirse,
la persona más feliz de la tierra.
Cada noche se acostaba, deseando que llegase el día siguiente, para poder
hablar con él.
Para oír una y otra vez, ese te quiero maravilloso, que iluminaba por
completo su vida.
Esas palabras dulces que siempre le decía, y esa preocupación que sentía por ella.
Era el sonido más embriagador que jamás había escuchado. Un sonido que la envolvía
con la caricia más suave, con la calidez más extrema.
Un sonido que dejaba en ella, las más dóciles notas de amor.
-Melancolía-